
John Rawlings y el glamour de los 50

Si hay una fotografía apasionante de la historia de la fotografía de moda es esta. Publicada en Vogue en 1953, muestra a una Mary Jane Russel en pijama de seda con una copa de vino, una noche cualquiera. La escena, tan evocadora como sexy, transporta a aquellos años 50 del glamour. Tras el objetivo, las manos de John Rawlings, uno de los fotógrafos de moda más reconocidos del siglo XX y al que recordamos a través de su inmensa obra fotográfica.
Rawlings revolucionó la industria de la moda y de la publicidad. Inició su carrera como fotógrafo profesional cuando Joseph Platt, escenógrafo de "Lo que el viento se llevó" mostró su portfolio para publicaciones Condé Nast en 1936.
Como todo buen principiante su carrera se forjó de aprendiz entre grandes fotógrafos como Cecil Beaton e Irving Penn. Estuvo tres décadas trabajando para esta revista hasta que en 1937 fue enviado a Londres para la edición británica de Vogue con el objetivo de cambiar el diseño y la apariencia de la revista. En 1941 ya había realizado 8 portadas de la revista entre las que se incluían fotografías de Bette Davis y otras actrices famosas de la época.
Un año después revolucionó la fotografía de moda al ser uno de los pioneros en utilizar a célebres modelos para sus portadas. Su técnica cambio por siempre la historia de la fotografía de la moda.
Vogue, 15 marzo 1944.
Portada de Vogue, 15 octubre 1957.
En 1945, Rawlings abrió su propio estudio de fotografía en Nueva York. Durante su tiempo libre, Rawlings experimentó con técnicas de iluminación y espejos, lo que le permitió seguir creando portadas y campañas modernas y dinámicas para Vogue. Sus fotografías siempre se han caracterizado por el uso del color.
Reflejo de espejo utilizado para la portada de Vogue en enero de 1944.
Sunny Harnett en el apartamento del arquitecto José -Luis Sert. Vogue, noviembre 1952.
Birgitte, 1966.
John Rawlings hizo a lo largo de su carrera unas 200 portadas de Vogue y Glamour y se le atribuyen un total de 30.000 imágenes.
Retrató a personalidades destacadas de la época como Marlene Dietrich, Veronica Lake, la Duquesa de Windsor, o el escritor Truman Capote o el mismísimo Salvador Dalí.
En 1961, Rawlings fotografió su última portada de Vogue, con la modelo Monique Chevalier.