Yves Saint Laurent, un visionario que hizo historia en la moda

Yves Saint Laurent, un visionario que hizo historia en la moda

Un día mi nombre estará escrito en letras de fuego en los Campos Elíseos.

Era el sueño de un niño que no sabía que estaba destinado a permanecer en la historia como uno de los grandes modistos. Yves Saint Laurent tampoco sabía que ese deseo le iba a convertir en inmortal, y que la moda llevaría siempre una parte de su legado. Fue el creador de prendas que se harían universales y que pasarían a formar parte del armario de la mujer para el resto de los tiempos. Yves Saint Laurent supo desde el primer momento que la moda de los salones ya no vendía, era la calle la que tomaba el poder. Por eso vivió en una lucha constante entre la alta costura y el prêt-à-porter. Manteniendo siempre la elegancia y la belleza de las mujeres a las que vestía.

El 1 de agosto de 1936 nacía en Orán (Argelia) un visionario, un revolucionario de su tiempo, Yves Saint Laurent. Un hombre con una extrema sensibilidad que se hizo así mismo único.

Ya desde pequeño Saint Laurent se empezó a interesar por la moda. Era hijo de Lucienne y Charles Mathieu- Saint Laurent, un administrador de empresas que se dedicaba a explotar salas de cine. Conformaban una familia de alta clase. Fue quizá en este ambiente donde se empezó a gestar la exquisita personalidad de Saint Laurent. Pasaba su tiempo leyendo a Marcel Proust que a veces abandonaba por la revista Vogue. La moda y el teatro, el teatro y la moda esa era su realidad.

Yves vivió rodeado de mujeres, su madre Lucciene creó en èl una fuerte influencia, fue una figura clave en la vida del modisto. Ella supo ver su talento a tiempo, su innegable delicadeza, y le salvó en sus primeras debilidades cuando sus compañeros del colegio se burlaban de su homosexualidad. Un daño profundo que Yves solía olvidar refugiándose en su consciente deseo de llegar a ser un triunfador. Así decidió marcharse a París.

Fue allí cuando en 1953 descubrió en la revista París Match el primer concurso anual de diseños de moda que organizaba el Secretariado Internacional de la Lana. Participó hasta dos veces. Ese joven que fantaseaba con caminar entre los grandes envió tres bocetos y se alzó con el tercer premio en la categoría vestidos, en la primera convocatoria, y con el primer y tercer premio en la segunda.
Hubert de Gyvenchy y Christian Dior fueron dos de las personas que formaron parte del jurado. Allí fue la primera vez que Christian Dior se fijó en el tímido Saint Laurent.

Yves Saint Laurent con su colección Trapèze en la Casa Dior en 1958.

El destino los juntaría después gracias a Michel de Brunhoff, director y redactor jefe de Vogue París, que no solo orientó a Yves en como guiar su carrera, sino que lo puso a disposición de la casa Christian Dior presentándolo al modisto poco tiempo después.

La trayectoria del diseñador está íntimamente ligada a la casa Christian Dior, otro esencial, su precursor. El maestro Dior le abrió las puertas de su Maison y no dudó ni un minuto en la capacidad de Saint Laurent.

Pero el Sr. Dior se fue pronto dejando en las manos de un jovencísimo Yves Saint Laurent la dirección artística de la firma. El nombre de Dior quedaba de esta forma grabado a fuego en la historia de la moda, y al mismo tiempo y sin saberlo, la leyenda Yves Saint Laurent empezaba a nacer.

"Trapèze" fue el nombre de la colección que Yves Saint Laurent lanzó en 1958 para Dior. Fueron sus primeros diseños hechos realidad, las revistas de la época se hicieron eco de su repercusión, Yves había liberado a la mujer de una manera elegante y femenina.

Su nombre Yves Saint Laurent comenzaba a correr de boca en boca entre la prensa. Era el inicio de una carrera llena de éxitos y de una posteridad abrumadora.

No pasó mucho tiempo hasta que Yves tropezara con el que fue su compañero durante toda la vida, Pierre Bergé. Se conocieron en una cena organizada por Marie Louise Bousquet corresponsal de Harper's Bazaar en Francia. Juntos abrirían la casa Yves Saint Laurent en París.

Desde 1961 hasta el año 2002 cuando el modisto decidió retirarse, la moda adquirió una nueva dimensión, comenzó a transformarse en las necesidades de una nueva mujer, segura de sí misma, fuerte, poderosa y muy femenina. Yves Saint Laurent supo entender este nuevo paradigma adaptando la ropa al servicio de la mujer actual. Creó para ella unos iconos, hoy en día imprescindibles, renovó su armario, dotó a la moda con el concepto de contemporaneidad llevando a la calle la moda de los salones, pero siempre confrontado por su convicción sobre la alta costura.

He tratado siempre de prever hoy aquella moda que la gente se pondrá mañana.

Unas prendas de estilo imprescindibles hoy en día en el vestuario de cualquier mujer. Yves creó unos básicos esenciales, prendas que se convirtieron en clásicas porque ofrecen combinaciones infinitas. Saint Laurent creó el estilo de la mujer moderna.

Lo único que lamento es no haber inventado el pantalón vaquero.

Ahora cuando el silencio del modisto se siente en las pasarelas, se puede ver por todas ellas reminiscencias de unos iconos imperdurables, inmortales, imprescindibles ya para cualquier mujer, esenciales en cualquier colección. Saint Laurent fue el artífice de el chaquetón, la túnica, el trench, la blusa, la sahariana, el mono, o el esmoquin que cambió por completo el paradigma de las noches de cocktail. Mujeres seductoras con traje masculino en clave femenina. Una auténtica revolución que hizo patente un éxito del que el propio Yves supo darse cuenta.

La calle va más deprisa que los salones. Lo comprobé hace cinco años cuando hice mi primer esmoquin. En la alta costura: éxito nulo. En prêt- à- porter; inmenso.

Pero no solo de éxitos vivió el modisto, en su trayectoria también hubo espacio para la oscuridad y la desolación, y también para las críticas.

Su colección de 1971 denominada “Años 40” o “Liberación” fue considerada por los críticos como escandalosa. Yves había querido emular el París ocupado con hombros cuadrados, mangas ahuecadas, fue su década menos aclamada, denominada por muchos como la década escandalosa.

Pero Yves no solo cayó en sus diseños. Su extrema sensibilidad le hizo sentir una soledad absoluta, esa fue la que le hizo desviar su camino hacia las sombras. Pierre Bergé llegó incluso a abandonarle. “Primero fue el alcohol, después la cocaína, más tarde los tranquilizantes. Yves nunca volvió a levantar cabeza...No lo abandoné por otro, si no por mi, para salvarme... Yves había empezado a vivir una vida autodestructiva que yo no quería presenciar...”

Y en medio de todo Yves convivía con sus musas muy de cerca. Mujeres que le inspiraron, en ellas encontraba el consuelo, la libertad. Con ellas daba vida a sus ideas y las plasmaba en tejidos. Loulou De La Falaise, Betty Catroux, Caterine Deneuve... Retratos de mujer, nombres grabados en la historia e íntimamente vinculados al sello Yves Saint Laurent.

Yves también tuvo tiempo de unirse las fragancias. Plasmó su etapa oscura en el nombre de su primer frasco de perfume. “Opium, para las que se entregan a Yves Saint Laurent”. Fue sinónimo de escándalo en Estados Unidos, por lo que se cambió el nombre por “para las que adoran a Yves Saint Laurent” 

Vida intensa, visión y revolución. Así fue Yves, el modisto de las gafas, el diseñador de alma tímida que se entregó por completo a la mujer dándole el poder que le faltaba. Su contemporaneidad ha quedado plasmada eternamente en la historia, en nuestra historia, en la calle, en cada trozo de tela y en cada inspiración. Sus iconos permanecen al tiempo que su esencia. 

En el vaivén de la moda, el sello inconfundible Yves Saint Laurent siempre está.

El legado de un hombre que en el año 2002 quiso retirarse. El modisto quería apartarse de la globalización en la industria de la moda, quiso huir de la dominación de los mercados. Veía como la alta costura, aquella que un día le hizo soñar, la que le llevó a lo más alto y por la que tuvo que transformarse ya no vendía. Prefirió quedarse en la sombra de la leyenda pero sabiendo que ya iba a perpetuarse en la historia de la moda donde ya tenían un espacio Coco Chanel o Balenciaga. 

Años después, un 1 de junio de 2008 Yves Saint Laurent se iba para siempre. Dejaba desolados a todos los que habían soñado con sus prendas. Sus vestidos lloraban mientras se hacían inmortales. Pierre Bergé comenzaba a mantener el legado de la casa. Pero nadie ya se olvidaría del modisto tímido y débil que hizo de la moda un arte, y que con sus diseños dio el poder a las mujeres.

Encuentra en nuestra página diseños especiales y únicos del siempre eterno Yves Saint Laurent.

Todas las fotografías son del libro. Yves Saint Laurent creado con motivo de la exposición de la Fundación Mapfre.
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